domingo, 17 de julio de 2011

...así se danza el camino

Caminan hacia el pozo, dando giros,
sin elongar el paso, sin hacerlo torpe,
los bailarines, llamas en movimiento.

Sin aferrarse, sin desprenderse,
la música que se eleva los guía,
se hacen visibles al amor.

Como quiera que alegre,
como quiera que duela,
en su gozo hay transformación.

El silencio del que provenían
ya era la danza dispuesta.
Volverán a él radiantes, absolutos.

Mientras tanto, en el camino,
tomarán las manos de los otros,
para devolverles el secreto:

Toda esta danza estaba en el corazón,
en la sangre, en el Sol, en la Luna,
en el polvo del sendero al atardecer.

Materia sin materia, intención sin intención,
objeto sin objeto, beso sin beso...
para el danzante sólo hay disolución.

foto: Martin Hill

Para seguir aprendiendo: Danza del Tao
Para disfrutar mirando: giróvagos sufíes
Para bailar: Franco Battiato