El santo del camino medio pide dar.
Pide a Dios dar a Dios.
Pide a la naturaleza dar
a la naturaleza.
Pide a los hombres dar a
los hombres.
Pide a sí mismo dar a sí mismo.
El santo del camino medio
pareciera vivir como un mendigo:
siempre de préstamo y de paso.
Consecuentemente vacío y lleno,
frío y caliente, inmóvil y simultáneo, duro y blando,
da lo que pide y lo que pide da.
Nada es fácil ni difícil,
ni divertido ni fastidioso,
ni dudoso ni evidente.
Late, sencillamente, pulsa, mueve, lleva,
sus Principios y sus Fines tienen la misma huella.
Sobre la piedra canta la rana.
En la rama, el aroma de un cuclillo.
Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas,
porque ninguna simulación puede durar largo tiempo.
Marco Tulio Cicerón