jueves, 15 de septiembre de 2011

Canto con todo mi ser

Oíd cómo canta.
Mi cuerpo canta.
Yo       lo       oigo       cantar.
Cómo la tierra abonada de sonido fértil
en mi cuerpo canta.
Y cómo el Sol que brota allá en lo alto
en mi cuerpo canta.
La lluvia que baja como la luz del cielo
en mi cuerpo canta.
El viento que emerge y flota misterioso
en mi cuerpo canta.
El espacio que vive entre dos montañas
en mi cuerpo canta.
El soplo que acompasa el cauce del río
en mi cuerpo canta.
La ola de la mar siempre glauca y breve
en mi cuerpo canta.
La vieja campana del templo de los fieles
en mi cuerpo canta.
Verde y sombra en los sauces del verano
en mi cuerpo canta.
El silencio de la noche clara y constelada
en mi cuerpo canta.
El pincel de un amanecer sobre la bruma
en mi cuerpo canta.
La nieve que atavía los páramos extensos
en mi cuerpo canta.
El fuego que vivifica el hogar del corazón
en mi cuerpo canta.
La fugaz golondrina irisando la primavera
en mi cuerpo canta.
La Luna y el tesoro de promesas al amor intacto
en mi cuerpo canta.
La salmodia de los consagrados en honor a la palabra
en mi cuerpo canta.
El abrazo que se prodiga en las almas de los que se aman
en mi cuerpo canta.
La sonrisa que se ofrece como regalo de bienvenida
en mi cuerpo canta.
La cucharilla que tintinea en la taza de té
en mi cuerpo canta.
La voz de mi madre elevando la mañana
en mi cuerpo canta.
La violeta azul, la devota rosa y la azucena,
en mi cuerpo cantan.
La tierra que dorada y roja ennegrece al atardercer
en mi cuerpo canta.
Los búhos que ululan, y los perros que advierten a lo lejos
en mi cuerpo cantan.
La tempestad, los grillos, el murmullo de las piedras de la playa
en mi cuerpo cantan.
Las moscas zumbadoras, los escapes del tráfico, los trenes
en mi cuerpo cantan.
Y tú, amor mío, Dios mío, detrás de cualquier cosa,
sucedes en mi cuerpo y cantas.
Como si todo fuera únicamente este cuerpo
donde la vida canta.


Mandala creado por: Mayra Andrea Kanne

La naturaleza resuena en nosotros, como en un juego.